Si bien todos nos estamos acostumbrando a lo cómodo que es la carga inalámbrica, el problema es que se desperdicia mucha energía. Los cargadores inalámbricos que usan técnicas como la inducción llevan tiempo permitiéndonos cargar nuestros móviles o relojes inteligentes y haciendo nuestra vida más cómoda, pero no la hacen más eficiente ni barata.
Precisamente por ese motivo se propusieron comparar tecnologías de carga inalámbrica como las de Rezence y Qi, que es actualmente el estándar en la industria. Rezence, esta orientada para cargar varios dispositivos a la vez sobre una misma superficie, pero su costo y eficiencia no eran rentables.
En un estudio realizado por WPC se llegó a la conclusión de que la eficiencia debería ser calculada como una media espacial, y tras comparar distintos cargadores quedó claro que la eficiencia de estas tecnologías era muy pobre en el caso de Rezence (39,6%) y mediocre en el caso de Qi (59,4%).
El estudio lo realizo OneZero en el que se comparó cuánta energía era necesaria para cargar de 0 al 100% un Pixel 4 usando varios cargadores inalámbricos y enfrentando ese dato medio a la energía necesaria para cargarlo con su cargador de cable. El resultado fue decisivo: de media la carga inalámbrica usó 21,01 Wh, mientras que la carga con cable usó 14,26 Wh. Eso significa que la carga inalámbrica usó un 47% más de energía "por la comodidad de no conectar un cable" que en realidad si conectas, pero en lugar de hacerlo al móvil lo conectas a la base de carga inalámbrica, por supuesto.
En conclusión los responsables del estudio, "el teléfono tiene que trabajar más, generar más calor y recolectar más energía cuando se carga inalámbricamente para poder llenar una batería del mismo tamaño".
Si bien los datos finales no son relevantes para una sola persona si generan un impacto enorme cuando hablamos de millones de dispositivos cargando de esta forma.
La carga inalámbrica necesita casi un 50% más de energía que con cable
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